La maitotoxina (o MTX) es una toxina extremadamente potente producida por el dinoflagelado Gambierdiscus toxicus, la cual fue nombrada a partir del pez ciguaterico Ctenochaetus striatus, llamado "maito" en Tahití, del cual se aisló por primera vez. Al igual que otras toxinas marinas, la maitotoxina se acumula en diferentes órganos de los peces, pero sus concentraciones no son lo suficientemente elevadas como para causar problemas en los seres humanos al ser consumidas. La maitotoxina estimula el movimiento de los iones Ca2+ a través de las biomembranas, activando los canales de calcio creando potentes cambios en las concentraciones intracelulares de Ca2+ en las células de una amplia variedad de organismos. Como consecuencia a la despolarización de las membranas, las maitotoxinas pueden producir varios efectos como secreción de hormonas y de neurotransmisores; rotura de los fosfoinositidos y activación de los canales Ca2+. Al ser inyectadas por vía intraperitoneal son mas toxicas que las ciguatoxinas; sin embargo, son 100 veces menos potentes por vía oral en comparación con las ciguatoxinas.
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